dimecres, 22 de novembre del 2006

Pretty woman


Ayer fui a mirar vestidos de novia a la tienda de Rosa Clará. Mi sobrina Emma, que vive en Ceuta y se casa el año que viene, me pidió hace tiempo que fuera a buscar un catálogo con precios y se lo enviara. Cuando entré a la tienda, obrera yo, las dependientas me miraron de arriba a abajo. Cuando les pedí un catálogo con precios, pusieron cara de decir: “¿Con precios? ¡Si eso queda fatal para nuestros clientes burgueses!”

Emma, me sentí como Julia Roberts en Pretty Woman, cuando entra en la tienda de ropa vestida de puta y se la sacan de encima (luego vuelve con Richard Gere y sus fajos de billetes y la tratan como a una reina).

Hoy compruebo en El Periódico lo que yo ya sabía: otras no tienen estos problemas. Entre ellas, Helena Rakosnik, la mujer de Artur Mas, que ayer participó en un desfile benéfico en el Hotel Palace con modelitos de Peter Aedo. El niño me ha sacado de Internet esta foto para que veas:


Ya tenemos una razón más para estar contentos de que Montilla sea President: nos hemos librado de una Primera Dama tan repelente como su marido, el fracasado presidenciable (y que dure en la oposición) de CiU, Artur Mas.


Puestos a escoger, entre ser creída y ser obrera, me quedo con ser obrera. Aunque no pierdo la esperanza que algun día Richard Gere (no Artur Mas, por favor) aparezca en mi vida.

1 comentari:

Joana ha dit...

jajaja muy bueno, me ha encantado este escrito.
Imagina las que entramos y gastamos más que la talla 50... se desmayan las dependientas!.
Un afectuoso saludo desde Mataró.